… y entonces, ¿Qué es Módulo 9?

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Todos alguna vez hemos tenido el sueño de que un mundo más feliz y más justo es posible, sí casi todos lo hemos tenido, especialmente en la infancia o en la juventud “cuando se duerme tranquilo, en cualquier parte, sin un pan entre el bolsillo, y se tienen creencias y confianzas así en el mundo, como en uno mismo”, pero, en algún momento algo pasa, y esas creencias y confianzas se evaporan, dejando atrás al típico adulto raquítico de sueños que intenta reemplazar las antiguas esperanzas infantiles, juveniles, por un hambre loca, desmedida, de dinero y su promesa de felicidad sobre la tierra. Pero no, esos sueños juveniles, infantiles, desinteresados, que algunas vez hemos tenido todos (todos, aunque sólo sea por un momento) no se pueden cambiar por nada, y es por su insustancial reemplazo, el espejismo de una comodidad soporífera al alcance de la billetera, que casi todos somos los desnutridos hombres y mujeres con hambre de español de la conquista saqueando un templo por la calle. Esta galería-taller, Modulo 9, es una apuesta por todo lo contrarío.
Bueno, yo hablé genéricamente de la infancia y la juventud, y eso puede ser un error, no todos, todos, fuimos tan desinteresados e idealistas ni por un solo momento, o al menos eso es lo que ahora, como adultos, recordamos, sin embargo allí está la respuesta: lo hemos olvidado; casi todos preferimos olvidarlo, un recuerdo de semejante belleza sólo nos haría daño. Sin embargo el arte es precisamente una invitación a no olvidarlo; recordar al niño que pintaba con vinilo en una cartulina no es tan inocente, o al niño que imitaba al papá o a la mamá en un juego como en un teatro: todo artista sabe, como un niño que aún no está muy acostumbrado a cada cosa y juega, que el mundo es de plastilina, modificable, y así como se pinta en cartulina se modifican los paisajes, y así como se imita al papá o a la mamá se asumen roles, y el adulto que no lo olvide, podrá elegir ser lo que él quiera. Modulo 9 es también entonces un lugar en contra de ese olvido.
Y ahora que hablamos de la memoria y el olvido no podemos pasar por alto desde dónde, ni desde cuándo hablamos: Roldanillo, valle del río Cauca, en medio de una edad de cambios, turbulenta, caótica, que yo compararía con la muy decadente decadencia de Roma, sólo que comprimida y acelerada. Roldanillo, repito, en medio de una de las más profundas crisis de occidente, es desde donde hablamos ¿Pero qué significa eso? Significa asesinos a sueldo que borrachos disparan al aire; hordas de colegiales semianalfabetas que se resisten aprender cualquier cosa porque ¿para qué? Si muchos de sus padres son los mismos borrachos que disparan al aire (en acto o en potencia) que siendo también semianalfabetas consiguieron dinero. Y todo eso, aunque estemos acostumbrados, no es normal, ni hace parte del mundo más feliz y más justo que queríamos cuando niños. Como ya lo dije, Modulo 9 es una lucha contra todo eso.
Pero ¿qué es en sí Modulo 9? Esta es una pregunta que será mejor no contestar sino de una manera abierta, tan vagamente como sea posible: Modulo 9 es todo lo que nosotros hagamos aquí en esta casa, el precedente del primer mes de actividades es un buen indicio: en este mes hemos expuesto pinturas, esculturas, hemos tomado clases de baile, hemos cocinado, se han prestado películas, las hemos visto en grupo y las hemos comentado, se ha escrito, se ha pintado, se ha tomado mucho café mientras se habla, y se ha rumbeado; hemos escuchado música, hemos ofrecido la casa a algunos viajeros… En fin, este mes hemos vivido para la construcción de un mundo más feliz y más justo, como queríamos de niños y como aún queremos. Esta es nuestra casa tomada abierta al disfrute, a la colaboración, y al conocimiento público. Todos hemos colaborado con lo que tenemos, y estoy seguro de que cuando alguno de los 4 primeros arrendatarios no pueda colaborar en algún mes, otras manos, con medios que poco a poco pensaremos, tomarán su lugar, porque es un interés de todos que esta casa que combate, como vimos, el olvido y la apatía, las hordas de ignorancia narcotraficante, traqueta, y sin sentido más allá de lo inmediato, continúe.
Hoy tenemos la suerte de asistir a una exposición de pintura, grabado y escultura. Yo no soy quién para hablar de una manera crítica acerca de estas obras, pero entiendo que la pintura y la escultura, así como la palabra, son formas antiguas que tiene el ser humano de hurgar en lo más profundo de sí mismo en busca de una verdad acorde al ser de cada uno y a la belleza; y es por eso que es una suerte asistir hoy a esta exposición y es porque en ella se muestran algunos logros de esa ardua lucha en busca de plasmar su ser que estos pintores, grabadores y escultores han emprendido ya hace tiempo, y digo suerte, porque puede que sus búsquedas y hallazgos nos den pistas, nos ayuden en la nuestra. También es una suerte, y esto es obvio, que nos ayuden de esta manera, en vez de seguir la corriente general de nuestro medio, para muchos tristemente irresistiblemente poderosa, y que los hubiera convertido en el mejor de los casos en narcotraficantes poderosos o asesinos bien asalariados, o políticos de turno, pero nunca en buscadores de la dignidad, aristocrática y permanente, de ser artistas.






Germán David Clavijo
Amigo de la casa.